Sociedad

“Algo pasó con aviones argentinos en el caribe”

Publicado por Sergio Coria en Facebook

El miércoles 3 de noviembre de 1965, Florencio Lima se encontraba trabajando en la Torre de Control del aeródromo de Alto de Castro.

“Ese día yo estaba de turno desde las 5,30 hs. en la torre de control de Villa Dolores, y una hora después, mas temprano que lo habitual, llegó el radiotécnico Omar Romero que era radioaficionado y me dice:  Che… Lima, algo pasó con aviones argentinos en el Caribe. Acabo de recibir informes de un radioaficionado de Panamá y otro de Perú en donde dicen que parece que desapareció un avión con matrícula TC 48

De inmediato comuniqué esa novedad a Córdoba, (pFlorencio Limaor entonces Aeropuerto Pajas Blancas) nuestra cabecera y allí no sabían nada y consultan con Buenos Aires. De inmediato piden que Villa Dolores informe inmediatamente qué datos teníamos relacionados al avión. Por entonces el jefe del aeropuerto era el Sr. Mario Delgado.”

“Fue tan rápida la comunicación de los radioaficionados que parece ser fueron más efectivas que las comunicaciones de la Fuerza Aérea.”

“Minutos más tarde llega un radiograma emitido desde Buenos Aires en donde ordenan que informemos las novedades que tuviéramos del TC-48. Entonces Romero, que era quien había estado comunicándose con los radioaficionados me agregó más detalles que de inmediato emitimos a Córdoba y ésta a Buenos Aires.”

Florencio Lima recuerda el sentimiento de nerviosismo que vivieron durante las primeras horas de esa mañana. Aún no sabían con certeza la magnitud del accidente. Y llamó la atención el hermetismo que hubo en las horas siguientes. Si bien cuando hay accidentes se brinda la mínima información hasta que se haya investigado el suceso, en este caso el operador de la torre de control notaba que había algo más.

“En seguida me dio la impresión que no querían que se supiera que un aeródromo, chico, del interior como lo era Villa Dolores por entonces, era el que había recibido la primera noticia de semejante tragedia. Después cuando escuché las noticias supe que en el avión viajaban altos oficiales y cadetes recién egresados de la Escuela de Aviación, entonces pude entender ese nerviosismo de los radio operadores de Córdoba”

“A los pocos días ya era notable que la Fuerza Aérea no quería reconocer, ni que se hiciera público que la red de radioaficionados había sido más efectiva que las propias redes de comunicación militar.”

“Como dicen ahora se nos ninguneó porque en nunca se mencionó que Villa Dolores había dado esa lamentable novedad.”

Lima se lamenta no tanto por el ocultamiento de este dato sino por los otros que impidieron a sesenta y nueve familias realizar el luto necesario.

“A las pocas horas escuchamos que entre los pasajeros iban dos alférez hijos de familias de esta ciudad: Mario Omar Castellano y Alfredo Luis Trigo.

Mario Omar CastellanoAlfredo Luis Trigo Pero no recuerdo que los familiares hayan ido a buscar noticias al aeródromo. Me parece que ellos se manejaron directamente con Córdoba, con la Escuela de Aviación.”

Dos semanas después, mientras paseaba por la vereda del Kiosco El Gallito, vio una revista cuya tapa se ocupaba de aquel accidente que le tocó comunicar a sus superiores. La foto principal mostraba al presidente Arturo Illia, despidiendo los contingentes. Era la 3ra (edición) del primer número de la revista ASI, ejemplar que aún conserva con la integridad propia de una pieza de colección.

Por entonces nada hacia suponer que cincuenta años más tarde ese “avión de los cadetes” continuaría desaparecido y con él las certezas de cómo se sucedieron los trágicos acontecimientos.