Derechos HumanosSociedad

El sol de la foto de Lila

«El juicio ha terminado.»  fueron las palabras del presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de CórdobaJaime Díaz Gavier, segundos después de leer el fallo y la sentencia a los genocidas. Un par de horas después, Sergio Coria plasmó en su cuenta de Facebook, estas líneas para recordar a transerranos víctimas del terrorismo de estado
 
Por Sergio Coria
Hoy volví a tener la necesidad de mirar esta foto que tomó Lila Gómez. Por sí sola la imagen deja un mensaje que trasciende el tiempo y la muerte. Esos dos jóvenes que caminan hacia el sol, fuente de vida habrán vuelto, en algún momento de este día, a recordar esta foto que sintetiza el ideal de una juventud que aspiraba a la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Esa fotografía tuvo un destino de grandeza pues mereció el primer puesto de un concurso certificado por el Foto Club Villa Dolores. Su autora, en cambio, tuvo el destino del olvido de su pueblo bajo el silencio impuesto por el temor o simplemente por cinismo colectivo, que demoró más de 30 años el reconocimiento de su condición de víctima del terrorismo de estado.
Sin embargo, como ese sol de la foto, Lila, junto a los tres compañeros con quienes fue secuestrada y asesinada, terminaron erigiéndose en la prueba física irrefutable del criminal plan de exterminio pergeñado y promovido por el genociada Luciano Benjamín Menédendez y ejecutado por el Comando Libertadores de América (versión cordobesa de la Triple A) y nombre de guerra de la vulgar e infame patota del Capitán Vergez. Aquellos pequeños restos oseos hallados en La Ochoa, en octubre del 2014, terminaron por constituirse en el más eficiente gavel que selló la inapelable culpabilidad de los asesinos.
Hoy recordé aquel 26 de noviembre de 2015, cuando las hermanas de Lila Gómez y Fredy Sinópoli me invitaron a participar del acto de restitución de los restos de Lila, Fredy y sus dos compañeros de infortunio. Esa tarde gris en La Perla, me reencontré con el Dr. Omar Saibene, hermano mayor de ese otro Dr. Saibene (Ricardo) que los asesinos frustraron. Aún cuando el gris y la llovizna de la tarde y la ocasión inspiraban cierta angustia, Omar Saibene me dijo: “Estoy contento, estoy tranquilo.
Hoy, en una jornada histórica, plena de ese mismo sol de aquella foto de Lila y ante la presencia de más de 10 mil personas, los asesinos fueron sentenciados mediante el procedimiento judicial del sistema democrático que combatieron a sangre y fuego.
Hoy volvieron a perder los violentos, intolerantes, prepotentes y cobardes genocidas. No les alcanzaron ni las armas, ni los pactos de silencios, ni las redes de impunidad… fueron derrotados por un puñado de jóvenes con sueños colectivos y por una fotografía que simboliza aquel futuro que hoy es presente y que aún espera por esa sociedad más justa y solidaria construida entre tod@s y para tod@s

* A modo explicativo Lila Gómez fundamentó su obra con el siguiente texto escrito de su puño y letra: “Son dos jóvenes recorriendo el camino de la vida. Van hacia el encuentro del sol que es la vida misma en plenitud: La Felicidad”

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