Canonización del Cura Brochero

La vista que tuvo el Santo

Vista del valle desde la cuesta de San Pedro, conocida en la zona como La Cuesta del Santo. Algo similar debió ser el paisaje que recibió al Cura Brochero cuando iba a hacerse cargo del Curato de San Alberto.

El 18 de noviembre de 1869, José Gabriel Brochero fue designado cura del curato de San Alberto, actualmente conocido como el valle de Traslasierra, de tamaño inmenso: 4 336 kilómetros cuadrados de valles y serranías, entonces indómitas y casi desiertas, infestadas de salteadores y prófugos de la justicia. Sus poco más de 10 000 habitantes vivían dispersos, con un grado de indigencia material lamentable, sin caminos y sin escuelas, incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2 000 metros de altura.

El 24 de diciembre de 1869 partió de la ciudad de Córdoba para hacerse cargo del curato que insumiría prácticamente el resto de su vida. Brochero llegó a San Pedro, la cabecera departamental, luego de tres días de viaje en mula a través las sierras. Transcurrido un tiempo y por voluntad propia, se instaló definitivamente en la localidad de Villa del Tránsito (Actual Villa Cura Brochero).

Como marco de su misión, edificó la «Casa de Ejercicios Espirituales de Traslasierra», que inauguró en 1877. En 1880, bendijo el flamante «Colegio para Niñas», que el propio Brochero confió a las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús (Ancillae Sacri Cordis Iesu). Esas dos primeras construcciones le generaron numerosas fatigas.

Alrededor de su figura se adensó su fama abrojada con ingenuas salidas conversadoras y con sus continuas pedigueñadas para lograr algo más para los habitantes de su curato. Así era complaciente de escribir a su ex-condiscípulo el doctor Miguel Juárez Celman solicitándole alguna obra benéfica para su pueblo y exclamando entre confianzudo y serio para ganar el ánimo de su interlocutor epistolar: «… Haz una gauchada, caramba…». Bien sabía la marca liberal del gobernante, causante de espanto en toda la clerecía de Córdoba, pero así lograba lo que él deseaba para su pueblo, consiguiendo que hasta el propio mandatario, en 1883, afrontara las incomodidades de un viaje a estas regiones, para que pudiera palpar con sus propias manos las miserias, para que pudiera ver con sus propios ojos lo que era necesario hacer.
Efraín U. Bischoff
Fuente: Wikipedia – José Gabriel Brochero