Opinión

Coronavirus y Salud Mental

Por: José Gabriel del Rosario Martínez
Lic. En Psicología MP 9566


Inicia el año 2020. Terminan las vacaciones de verano; es momento de que los chicos empiecen las clases, se preparan las actividades, horarios y ponemos primera para “empezar” marzo. Argentina confirmó su primer caso de Covid-19 el 3 de marzo. Por decreto presidencial comenzamos en aislamiento social preventivo y obligatorio desde el 20 de marzo. ¡¿Qué pasó?! Se produjo un giro de 180 grados. Lo planeado, lo deseado, lo pensado termina virando en una dirección de incertidumbre y quiebra lo predecible que habíamos generado. A veces la vida nos pone a prueba, nos coloca escenarios adversos: una enfermedad, dificultades económicas, una ruptura de pareja, el fallecimiento de un ser querido, la gran frustración de no poder concretar, por lo pronto, un sueño largamente anhelado o una Pandemia como la del COVID-19 que quizás aúna varias de las anteriores como un Frankenstein construido de las dolencias del ser humano.

Hemos transitado más 100 días de aislamiento como resultado de la crisis sanitaria debido al coronavirus que nos ha puesto a prueba (a nivel individual, familiar y social) y en los que hemos tenido que cambiar nuestra rutina y adaptarla a dicha situación. Los altibajos emocionales se intensifican y hay motivos concretos y válidos: preocupaciones financieras, extrañar a seres queridos, necesidad de disfrutar al aire libre y hacer ejercicio en esos espacios, tener el contacto social que tanto bienestar mental genera. En el contexto social tras el brote de esta enfermedad se genera estrés junto a reacciones como el temor y la preocupación por la salud propia y la de los seres queridos, la situación financiera o laboral, los cambios en los patrones de sueño o alimentación, las dificultades para dormir o concentrarse y un mayor consumo de tabaco y/o alcohol y otras sustancias.

El módico objetivo de estas líneas es acercarte al menos unas pocas palabras de aliento como si estuviésemos juntos (¿Quién sabe? Quizás cuando cambie esta situación puede haber un mate de por medio). Estas cansado, si ya lo sé. Tenés miedo, enojo y angustia, y ¿sabes qué? ¡Está bien! tenés todo el derecho a experimentar esas emociones. Generalmente estas son consideradas “negativas” pero en realidad son constituyentes de todas las personas y cumplen una función evolutiva, pero ahora ¿qué se puede hacer con esas emociones? una manera es considerarlas una oportunidad para salir reforzado y con una capacidad muy preciada: la resiliencia. Resiliencia proviene del término latín resilio, «volver de un salto, rebotar» es decir, es la resistencia frente a la adversidad y la capacidad de reconstruirse. No obstante, esta capacidad no se encuentra solo en “seres excepcionales” sino en todas las personas. Por lo tanto, es una cualidad humana universal presente en todo tipo de situaciones desfavorables.

El no conocer la fecha exacta de expiración a esta situación de Pandemia que pone en jaque diferentes áreas, puede generar mucho malestar. Si bien las características son distintas, intentá hacer memoria, probablemente no es la primera vez que te encontrás sintiendo esto o la primera situación que te hace revolver en tu interior buscando puntos de apoyo para sostenerte. A todos, en algún momento de nuestra vida nos ha tocado vernos impactados y sorprendidos por circunstancias que hubiésemos preferido no tener, que no nos agradaban y que claramente hacían daño. Ineludiblemente en el camino de la vida suceden imponderables que son dolorosos y en esos momentos sesalud suele pensar erróneamente que el malestar será eterno. En momentos así la mente suele trabajar de forma catastrófica generando pensamientos concernientes a la infelicidad, al fracaso o a la soledad. Pero esto no es así, ese momento es temporal. En “el ojo del huracán” es difícil de ver más allá, pero que la calma llegará, es una certeza.

Tengo el honor de poder trabajar y acompañar a personas con COVID-19 que se encuentran en tratamiento y aislados de su entorno familiar, que esperan con miedo el resultado del hisopado, personal del área de la salud que diariamente se desempeñan arriesgándose ellos mismos dando cuidado a la comunidad, al personal policial que mantiene la estructura necesaria para que podamos vencer la propagación, a pacientes oncológicos, que por su condición, esta situación complejiza desmedidamente sus tratamientos, a comerciantes que les duele el no poder abrir sus fuentes de trabajo, adultos mayores que viven solos y niños que tienen que crecer ampliando sus dimensiones de estrés, miedo y ansiedad. Si bien son diferentes, en las sesiones se observa que todos tiene un aliciente en común: el apoyo social. Si, esa videollamada que hacés, ese mensaje que enviás, el meme que compartís a un amigo para generar una sonrisa o el audio de aliento hacen la diferencia en la pelea diaria de todos ellos. En los pequeños gestos se refleja la nobleza de las personas. Por favor, seguí haciéndolo.

No nos estigmaticemos, seamos mejores que eso. Recordemos que “una comunidad se desintegra en cuanto consiente en abandonar al más débil de sus miembros”. Buscá ayuda si precisás, hablá con familiares, pedí contactos de referencia de atención de salud, hay líneas de asistencia online gratuita. Nos aferremos del aforismo de la canción que expresa: “siguiendo señales, tentado a perder y aun vencido, no renunciar”.