Historias ChuncanasVilla de Las Rosas

El Horno

Un día una señora que no era de estos lugares estaba de paseo en una casa que hacía pan casero.

Después de hacerlo la madre saca el pan del horno.

Un chico le decía a su mamá: No hay que tapar el horno porque cuando se enfríe hay que barrerlo bien y recién poner los santos y las velas, si quiere yo lo hago. Yo estaba de visita y sabía bien por qué el niño le decía eso a su mamá, porque en mi casa y otras también hacían lo mismo.

Entonces a las señoras le causa curiosidad y le pregunta al chico para qué ponía un santo y las velas.

El nene le contesta: para que no entre el diablo a revolcarse y después salga mal el pan.

¿Es cierto eso Morocha?, me preguntó la señora. Son tantas las cosas que se dicen, ¿será cierto o mentira?

Lo que pasas es lo siguiente: que en estos lugares hay muchos ranchos que están en especial techados con una paja y barro. También casas señoriales, muy lindas, con mucha madera y techo de paja y barro.

Toda persona creyente todos los días entrada la noche rezaba una novena o el santo rosario a un santo o a la virgen y ponían algunas velas y flores. Pero después de rezar y antes de cenar, llevaban los santos o al cristo con velas y flores, al horno. Lo hacían por seguridad, en la casa no podrían dejar las velas prendidas porque podrían caerse  y hacer una quemazón, en cambio en el horno era bastante reparo.

Ojalá viniese viento, las velas era casualidad que se apagaran, o si se caían no había cuidado de que se haga una quemazón.

Y quizás las mamás, por las dudas los chicos pudieran ir a jugar y quemarse, cuando sacaban el rescoldo del horno lo tapaban bien, no fueran a pisarlo y se quemaran los pies y les decían «acá enterramos las brujas», para que no joroben y salga mal el pan. Pero todo lo hacían como una precaución.

A la señora le causó mucha risa: Lo del horno se lo contaré a mis amigas para que les cuenten a sus hijos, para que no piensen en agüerías y cuentos de brujas.

Todo era por ser cuidadosas. Esa es una de nuestras costumbres de antes o sea, tiempos viejos.

Fuente: “Historias Populares Cordobesas – Villa de las Rosas”.
 Lic. Nora Alicia Nespral.