Arte ChuncanoOpinión

La pasión por las artes plásticas

María Elena Roquier*

Teniendo en cuenta que una de las acepciones del vocablo “pasión” se refiere a la vehemencia o afición de la persona a alguien o por algo, es que me animo a decir que este sentimiento y pulsión se manifiesta claramente en la personalidad del verdadero artista.

Pero decir verdadero artista no excluye a todo individuo que, con temor, decide incursionar en la práctica de una disciplina artística. Es muy común escuchar: “yo no soy creativo”, “en los oídos tengo un toscano”, “soy un patadura”, “para el arte soy un cascote”, “mis manos son muy torpes”, etc. etc.

Con gran satisfacción he podido observar en alumnos de edades diferentes cómo los conceptos que tenían de ellos mismos fueron cambiando su “auto visión”, descubriendo con sorpresa las capacidades que tenían adormecidas en lo profundo de su ser. Somos seres creativos por naturaleza, lo que sucede es que, a causa de los prejuicios familiares, sociales, de educación y presiones externas, nos vamos negando a nosotros mismos aquellas actividades que alimentan el alma y enriquecen el corazón.

Puedo decir con total convencimiento que la práctica de una actividad artística va abriendo puertitas interiores que nos conducen al autoconocimiento, y ese ida y vuelta entre lo expresado – la obra – y el autor, produce indefectiblemente el crecimiento personal. La imagen del mundo exterior comienza a observarse desde un ángulo más amplio y por ende se reconoce y redescubre el mundo interior…y esto, conlleva a ser cada día mejores personas.

En general se piensa que ser artista es todo un misterio, que somos seres elegidos, cuando en realidad, convertirse en “artista” exige una entrega a veces sobre humana, de adiestramiento cuasi extremo, de oficio largamente experimentado. Es cuando el corazón y el alma vuelan por lugares siderales sin espacio ni tiempo marginados.

En lo personal, mi pasión por el arte escultórico, mi vehemencia por atrapar formas que se representan en la mente y las materializo a través de las manos, las experimenté desde mi más tierna infancia, cuando hacía los pequeños monigotes en barro y los escondía debajo de la almohada para que me acompañaran durante el sueño, so pena de recibir los lógicos correctivos y llamados de atención de mi madre. Lo mismo hacía con la masa del pan casero que hacían mis padres. Aún hoy, a un paso de los setenta años, mis manos sienten, junto al corazón, la magia de la creación cuando la harina y la levadura se unen para darnos la gracia del alimento. Y esa misma magia se manifiesta, y la recreo trabajando con cualquier material – pues todos los materiales me seducen- desde los más blandos y dúctiles, hasta los más duros: arcilla, yeso, cemento, hierro, piedra, técnicas mixtas…

Yo siempre aliento a toda persona a que se regale “un tiempito” para incursionar en alguna de las artes expresivas: baile, canto, la ejecución de un instrumento, teatro, pintura, escultura, etc.

Desde mi polifacetismo como artista va este, mi mensaje apasionado, de animarnos a abrir las puertitas interiores del alma.


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“LA LLAMA DEL ARTE” (Está en tu corazón)
¡No permitas nunca que algún desatinado te la apague!
María Elena Roquier: Escritora. Escultora retratista, especializada en monumentos públicos, intervenciones, restauraciones. Directora fundadora del Museo Artemplo- “El Ángel Azul”- Las Rabonas – Traslasierra – Córdoba – Argentina
Tel. 3544 -439167 -Fijo del Museo: 3544 – 499318
Mail: arte.roquiermalena@gmail.com
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