Historias Chuncanas

Tiempo de Gripe

«La Morocha» Reynoso era tía de Secundina, aquella abuela que compartió algunas de sus memorias con nosotros, nombrada al nacer Francisca Luisa, su pueblo siempre la identificó como La Morocha: toda una institución es sí misma.

Compartimos, a continuación, una de las historias y anécdotas que están plasmadas en  «Historias Populares Cordobesas – Villa de las Rosas» un indispensable texto cuya autora es la Lic. Nora Alicia Nespral quien nos adentra en la historia de esta bella villa serrana .


Un año, no recuerdo la fecha pero recuerdo que hubo una gripe.

Muchos enfermos con pulmonía, afección en el pecho, a la garganta y fiebre. Mucha pobreza, poca comodidad.

Médico, para que hablar. Enfermero, uno solo para mucha gente, no le daba el tiempo para atenderlos.

No había casi medios para traer un médico de Villa Dolores. A veces se juntaban varios para traer un doctor que tenía que venir a caballo o en sulky, ni siquiera era buenos los caminos.

El enfermero era un bocho, hacía de enfermero y de doctor a la fuerza, era una eminencia. Trabajaba con el doctor Ernesto Castellano y vivía en Villa de Las Rosas, de apellido Ledo.

Por la gripe eran muchos enfermeros que murieron, porque a veces los remedios no se encontraban.

Entonces la gente mayor de estos lugares recurrieron a los remedios caseros, que hacían con las yerbas que ellos conocían para qué eran buenas.

Se desvivían buscando la salud, porque se morían chiquitos y grandes y esta gente de una u otra forma hacían tisanas, vapores, ungüentos, humo para desinfectar las viviendas.

Tisanas de flores o con cáscara de chañar, el arrope o miel, la leche con miel. En esa época había la miel de abejita chiquita, según era especial para estos casos. La cera era bien negra y a los nenitos le hacía un humito en los oídos y me consta que se curaban.

Era la farmacia nuestra y después tanto desprecio. La ciencia tiene mucho que ver con la naturaleza.

Fuente: “Historias Populares Cordobesas – Villa de las Rosas”.
 Lic. Nora Alicia Nespral.